Hoy quisiera agradecer a Lorenzo Silva que haya premiado mi carta "Al fin, en la gran ciudad" como carta de la semana del suplemento XLSemanal. En ella muestro, a través de una anécdota, las paradojas que a veces esconden estas urbes, en este caso en forma de consumismo y modas. Aprovecho la ocasión para rescatar también "Un pompón para el disfraz", que hace cuatro años aparecía en la misma sección.
AL FIN, EN LA GRAN CIUDAD. Yo quería tomar unas notas en un libro, pero no tenía con qué. Por suerte, me dije, me encontraba en el centro de una gran ciudad, donde según cuentan uno puede encontrar de todo. Compraría un portaminas. Sin embargo, para mi infortunio, allí no había ni una sola papelería, así que contra mi voluntad me vi forzado a buscarlo en unos grandes almacenes. Pero no lo hallé. Pensé que habría buscado mal, así que pregunté a una dependienta, que pronto me sacó de mi fatal error. «Es que los portaminas ya no están de moda», me aclaró, grave. Rendido ante la evidencia, opté por comprarme un lápiz. Solo los tenían en paquetes de tres, generosamente envueltos en plástico. Cuando fui a pagar, la dependienta, la sonrisa repentinamente iluminada, me felicitó como si acabase de ganar la lotería: «¡Mire, están rebajados por el Black Friday!» Aquella tarde cogí el autobús y regresé a mi pueblo. Allí tengo portaminas en casa, pero me dio igual. Bajé a la papelería de la esquina y me compré uno. Por rebeldía. Solo por cobrarme el placer negado. Con él escribo el borrador de esta carta. UN POMPÓN PARA EL DISFRAZ. El otoño pasado, por estas fechas, había ido a pasar el fin de semana a un pueblecito de montaña. Enfermé. Por suerte, pude encontrar una cruz verde entre la niebla. Dentro, una mujer menuda aguardaba su turno con los ojos enrojecidos. Llegó al mostrador, y la farmacéutica afligió el semblante. «¿Qué tal vas?» «Bueno, a por lo de siempre». «¿Y tu marido?» «Cada vez más apagado». «¿Y la niña?» «Me pregunta que por qué papá ya no juega con ella… y yo no sé qué decirle». La barbilla tiembla. Las medicinas están listas. «¿Algo más…?» Un tiempo de duda. Lo quiebran las lágrimas. «Sí… por favor… Es que… ya sabes, el desfile del colegio… y yo no puedo… y mi hija… ¿Le podrías hacer tú el pompón para el disfraz?» Jamás podré olvidar aquellas últimas palabras. El dolor era terrible, pero ella seguía allí, en pie frente al mostrador. Había encontrado algo importante por lo que luchar, un faro minúsculo en la gran oscuridad. Y desde entonces, cada vez que me asomo al abismo, pienso en ese pompón. Para mí, significa esperanza.
1 Comentario
Las sombras del Imperio ha sido publicada en formato audiolibro por la editorial Sonolibro, perteneciente al grupo internacional de comunicaciones Egmont. Ya está disponible en la web de Sonolibro, y próximemente lo estará también en plataformas como Storytel, Apple Audio, Google Play o Amazon. Estoy muy contento con el resultado, con una locución extraordinaria que, espero, permita disfrutar de la novela de una forma diferente.
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Diciembre 2022
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