TEXTOS BREVES
Abrázame, que nunca se sabe - Carta premiada en XL Semanal
Lecturas - Segundo premio concurso de microrrelatos DO Calatayud
Solía tomarse su tiempo en elegir la botella. Para él, una bodega era como una biblioteca. Los días de nostalgia se decantaba invariablemente por algo complejo, pero en los de tedio se permitía algo más ligero. Cuando al fin la descorchaba, se sumergía rápidamente en la historia. Dejaba que los primeros sorbos lo transportasen a otros mundos, mejor cuanto más lejos. Nunca brindaba. Paladeaba los matices del argumento, siempre en la misma copa. Con los finales era especialmente crítico, sobre todo con los amargos. A base de aromas se había construido su propio universo literario. A la cava en la que tantos años pasó escondido no llegaban los libros. Tampoco la luz era buena. Sin embargo, cuando pudo leer a Borges por primera vez, no le sorprendió. Sabía exactamente igual que aquel reserva del veintinueve.
Al fin, en la gran ciudad - Carta premiada en XL Semanal
Un pompón para es disfraz - Carta premiada en XL Semanal
Preámbulo de Las sombras del Imperio
Cuando conoces por primera vez a una persona, nunca te cuenta su vida ordenada cronológicamente desde el mismo día en que nació hasta ese preciso instante en el que está sentada frente a ti sorbiendo una taza de café. Sería muy aburrido. Lo más probable es que, a lo largo de los minutos, de los días, o de toda una vida, te vaya descubriendo su historia personal poco a poco, tal vez empezando por los hechos más relevantes, o por los que le hacen sentir más orgulloso, saltando hacia delante y hacía atrás en un caos desordenado pero con mucho sentido, añadiendo capítulos por cada nueva vivencia. Si el tiempo pasa y aumenta la confianza, entonces también suelen crecer la nitidez de los detalles y la presencia de relatos comprometidos; pero, aun con todo, por mucho que se intente y se desee, salvo a uno mismo, jamás se llega a conocer a nadie del todo.
Y si esto es así con las personas, ¿por qué no habría de serlo también con los libros? Si las historias en la vida real nunca respetan el orden, y nunca son completas, y retroceden al recordar un matiz, y saltan para hacer un vaticinio, y se callan para guardar un secreto, ¿por qué deberían quedar grabadas sobre el papel en fila y sin colarse, contrarias a su naturaleza?
En este libro, las historias, los hechos, las mentiras y las verdades, los pensamientos, los actos, las palabras y los silencios se barajan en el tiempo y fluyen en régimen turbulento. El vestido se teje a base de retazos, y a veces se olvida algún agujero para que lo remiendes tú mismo. Por eso te recomiendo que te fijes bien en los lugares y en las fechas que se indican al inicio de cada capítulo, por eso de que la manga coincida con el brazo; o tal vez que no te esfuerces demasiado en ello.
Y si esto es así con las personas, ¿por qué no habría de serlo también con los libros? Si las historias en la vida real nunca respetan el orden, y nunca son completas, y retroceden al recordar un matiz, y saltan para hacer un vaticinio, y se callan para guardar un secreto, ¿por qué deberían quedar grabadas sobre el papel en fila y sin colarse, contrarias a su naturaleza?
En este libro, las historias, los hechos, las mentiras y las verdades, los pensamientos, los actos, las palabras y los silencios se barajan en el tiempo y fluyen en régimen turbulento. El vestido se teje a base de retazos, y a veces se olvida algún agujero para que lo remiendes tú mismo. Por eso te recomiendo que te fijes bien en los lugares y en las fechas que se indican al inicio de cada capítulo, por eso de que la manga coincida con el brazo; o tal vez que no te esfuerces demasiado en ello.